Es la primera playa que encontramos al entrar en el Parque Natural de Las Salinas de Eivissa y Formentera. Preciosa por su naturaleza salvaje, sus cristalinas aguas y su fina arena blanca
Aquí la orientación noroeste es perfecta para admirar los islotes de es Vedrà y es Vedranell que se ven en la lejanía de la costa ibicenca, un marco perfecto para disfrutar de una estupenda puesta de sol desde la orilla des Cavall d’en Borràs. Otro de sus puntos fuertes es el frondoso bosque de sabinas que la cobijan, que junto al sistema dunar protegido, conforman el paisaje idílico de una playa salvaje. Sus aguas poco profundas y el ausente oleaje acaban por definirla como el perfecto destino tanto para las familias con niños como para la gente que busque relajarse en plena naturaleza.